Torrijas de flanin

Las torrijas son unos de los dulces más tradicionales y antiguos de Semana Santa. Por estas fechas en la panadería donde habitualmente compro el pan, suelen hacer una trenza de pan especial para torrijas, con una miga densa y tierna que le aportan un sabor muy especial.

Cuando me apetece prepararlas y no dispongo de ese tipo pan, como en esta ocasión,  o incluso no ha sobrado del día anterior, compro igualmente una barra tradicional y las preparo ese mismo día y quedan geniales, la única pega es que son un poco más delicadas y a la hora de manejarlas se deshacen con más facilidad.
La última vez que las había  preparado hice un pequeño experimento añadiendo un poco de flanin a la leche (a ojo) y como nos gustaron tanto, esta vez he tomado nota de las cantidades para poder compartirlas con vosotros. Os aseguro que os van a encantar, y a los niños ni os cuento!

Ingredientes: para 9-10 torrijas

• 9-10 rebanadas de barra de pan tradicional del día anterior
• 600ml de leche entera
• cáscara de medio limón
• cáscara de media naranja
• 1 rama de canela
• 3 cucharadas de azúcar
• 15gr de flanin
• 2 huevos para rebozar
• aceite de girasol para freir
• azúcar con canela para rebozarlas

Preparación:
Cortamos el pan en rebanadas del grosor de unos 2cm aprox, las disponemos una al lado de la otra en una bandeja que tenga un poco de profundidad.

Reservamos un poco de leche en un vaso y ponemos el resto a calentar en un cazo junto con la rama de canela, las tres cucharadas de azúcar y la cáscara de limón y naranja. A fuego suave para que la canela y las cortezas desprendan poco a poco los aromas.

Cuando comience a hervir, retiramos la canela y las cáscaras y le incorporamos el flanin disuelto en el vaso de leche que habíamos reservado, removiendo continuamente durante dos o tres minutos hasta que espese muy ligeramente. El resultado es como si fuera el de un batido líquido para que pueda penetrar bien en la miga.
Vertemos la mezcla de leche caliente sobre las rebanadas.

Cuando hayan transcurrido un par de minutos le damos la vuelta para que se empapen bien por el otro lado. Suelo repetir esta misma operación un par de veces hasta que se enfrían para que se empapen bien por ambos lados. Utilizando las manos (bien limpias) para que se deshagan lo menos posible.

Ponemos abundante aceite de girasol a calentar a fuego medio en una sartén y cuando esté caliente, vamos rebozando las rebanadas en el huevo batido de dos o tres a la vez para que no se enfríe el aceite. Las freímos por ambos lados hasta que estén doradas.

Retiramos y las colocamos sobre papel absorbente. Luego podemos rebozarlas en la mezcla de azúcar con canela o simplemente espolvorearlo por encima.

Listas para servir, al ataqueeeee!!