Una forma de mimar a nuestra familia, es preparando un sencillo bizcocho con ingredientes que solemos tener en casa. Este es uno de los bizcochos más húmedos y esponjosos que he preparado hasta el momento. Está delicioso!!
La zanahoria triturada aparte de los nutrientes, le aporta una humedad y un color anaranjado que lo hace todavía más apetecible. Si le ponéis un frosting de queso, ya ni os cuento! Se conserva estupendamente varios días, aunque os aseguro que en casa no suele durar más de dos y nos rifamos el último trozo!
Ingredientes: para un molde de 24cm, con agujero central.
- 250gr de zanahorias peladas
- 140gr de aceite de oliva suave
- 40ml de zumo de naranja, natural
- ralladura de una naranja
- 3 huevos grandes
- 200gr de azúcar
- 280gr de harina común
- 1 sobre de levadura química, tipo Royal
- una pizca de canela molida
- azúcar glas para espolvorear por encima
Preparación: Untamos el molde que vayamos a utilizar con mantequilla y lo espolvoreamos ligeramente con harina, reservamos.
Encendemos el horno a 170º calor arriba-abajo para que se vaya calentando mientras preparamos la masa.
Cortamos las zanahorias en trozos pequeños y las trituramos con una batidora de cuchillas junto con el aceite y el zumo de naranja hasta formar un puré, reservamos.
Agregamos, la ralladura de naranja y el puré de zanahoria en tres o cuatro veces, removiendo despacio con una espátula.
Incorporamos poco a poco la harina tamizada junto con la levadura y la pizca de canela con movimientos envolventes.
Lo introducimos en el horno que previamente pusimos a calentar, en la segunda ranura comenzando por abajo, durante unos 45-50min, dependiendo de vuestro horno, hasta que presente un ligero color dorado por encima y al pinchar con un palillo esté salga limpio.
Lo retiramos del horno y lo dejamos enfriar unos 10min. Luego lo desmoldamos y dejamos que termine de enfriar sobre una rejilla para que no se humedezca.
Como desaparecerá el bizcocho en cuanto lo probéis! Un abrazo muy grande y cuidaros mucho 💓