Los días de feria en mi pueblo (Carballo) hay un pequeño puesto de bacalao que se sitúa en el exterior de la plaza, enfrente del Supermercado Froiz, que me encanta! Esta receta la preparé siguiendo algunos de los expertos consejos de Eva, la amable dueña.
Cuando el producto es de buena calidad, como en esta ocasión, no necesita una gran preparación. Simplemente al horno, acompañado de unas patatas, ajos, cebolla, perejil y un buen aceite de oliva virgen, conseguimos un plato espectacular.
Por si alguien no lo sabe, en algunas zonas de Galicia se les llama "cachelos" a las patatas con piel troceadas en rodajas y cocidas en agua con sal y unas hojas de laurel. También se cocinan sin la piel, sobre todo para acompañar el pulpo, sardinas u otro tipo de plato.
- 940 gr de bacalao desalado
- 700 gr de patatas
- 1 1/2 cebolla, una para el horno y media, para cocer con las patatas
- 6 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- 1/2 vaso escaso, de aceite de oliva virgen extra
- perejil picado
- sal
Para desalar el bacalao, primero lo colocamos bajo el chorro de agua del grifo, para retirar la capa gruesa de sal. Luego, lo ponemos en un recipiente a remojo cubriéndolo con agua fría. Se guarda dentro del frigorífico, unos dos o tres días (dependiendo del grosor que tenga) cambiando el agua cada ocho horas. Mis trozos al ser bastante gruesos los tuve cuatro días y tenían el punto justo de sal. Para saberlo basta con probar un trocito de la parte más gruesa, antes de cocinarlo.
Pelamos y cortamos los ajos en láminas. Cortamos la cebolla en juliana, reservamos.
Lavamos muy bien las patatas debajo del grifo, frotando la piel con un paño. Las cortamos en rodajas del grosor de 2 cm, más o menos. Las ponemos a cocer en una olla con agua fría, la media cebolla, las hojas de laurel y un poco de sal. Las cocinaremos unos 8 minutos desde que comience a hervir el agua o hasta que al pinchar con la punta de un cuchillo o palillo notemos que ya están casi cocidas, pero que aún le falta un poco.
Secamos los trozos de bacalao con papel absorbente y los colocamos sobre las patatas, esparcimos por encima el resto de los ajos (en mi caso, también la cebolla) y el aceite restante.
Horneamos hasta que veamos que se separan las láminas y esté en su punto. Al mío, en total le llevó unos 30 min. Pero eso va a depender del grosor que tenga y de vuestro horno. Lo normal son sobre 18-20 min. Si vemos que la cebolla se dora demasiado, le colocamos un trozo de papel de aluminio por encima a la bandeja para evitar que se queme, mientras se sigue cocinando.