Si se consume solo apenas se le aprecia el sabor a calabaza, y acompañado con mermelada ni se nota. La calabaza le aporta humedad logrando así una miga tierna, esponjosa y que se conserva estupendamente con el paso de las horas.
Mi intención era hacerlo en la "Cazuela-Horno" como había hecho en otras ocasiones, pero cuando regresé al cabo de hora y cuarto de hacer unos recados, la masa había crecido tanto que estaba a punto de desbordarse del molde. Por miedo a que se bajara al ponerle la tapa decidí no correr ese riesgo, y lo cociné en el horno eléctrico. Podéis utilizar el molde que tengáis a mano, desmontable, un pirex, refractario... Lo único que os recomiendo es que si preferís el contorno con un aspecto más dorado, mejor no forréis el molde con papel.
Ingredientes para un molde de 24-26cm con agujero central.
- 150gr de puré de calabaza escurrida
- 640gr de harina de fuerza
- 140ml de agua
- 140ml de leche entera
- 25gr del levadura fresca (la que viene en tacos)
- 1 cucharada de miel
- 2 cucharadas rasas de azúcar
- 50gr de mantequilla
- 10gr de sal
- medio huevo batido con un chorrito de leche para pincelar por encima
Para hacer el puré de calabaza simplemente se pela la calabaza y se corta en trozos pequeños y luego se cocina al vapor o en agua con una pizca de sal hasta que esté blanda. Luego se escurre en un colador y se presiona con una cuchara hasta que pierda toda el agua posible.
Preparamos una esponja: Para ello cogemos (del total de los ingredientes) 100ml de leche tibia, 100gr de harina, la levadura y una cucharadita de café de azúcar. Removemos bien y dejamos reposar cubierto con film, unos 15-20min aprox. Al cabo de ese tiempo se habrá formado como una esponja.
Cuando esté lista, templamos en un cazo el resto de la leche junto con el agua y la mantequilla, a fuego suave hasta que la mantequilla se disuelva. La retiramos y dejamos reposar un par de minutos hasta que esté tibia.
La echamos en un bol amplio junto con la miel y el resto del azúcar. Añadimos un par de cucharadas de harina, removemos un poco hasta formar una papilla.
Incorporamos la esponja y el puré de calabaza. Reservamos un poco de harina y añadimos el resto junto con la sal.
Removemos hasta formar una masa un poco compacta y pegajosa que podremos manejar con las manos.
Esparcimos sobre la mesa la harina que habíamos reservado, amasamos unos 12min aprox hasta que nos quede elástica y se pegue muy ligeramente a las manos. Cuanta menos harina incorporemos a la masa y mejor la amasemos más esponjoso va a salir el pan.
Formamos una bola y la depositamos en un bol amplio untado ligeramente con aceite, lo cubrimos con film o un paño, dejamos levar hasta que doble de volumen, entre1h y media a 2h, dependiendo de la temperatura del ambiente.
Pasado ese tiempo la amasamos un poco para retirarle el aire. Dividimos la masa en 15 porciones de unos 70gr cada una, o del tamaño que prefiráis. Formamos una bola con cada una de ellas y las vamos situando dentro del molde untado con mantequilla o aceite, pegadas unas a las otras. En mi caso forré el molde con papel de hornear porque se trata de una cazuela-horno como os comenté al principio.
Cubrimos el molde con un paño húmedo y dejamos levar en un lugar tibio hasta que doble de volumen 1 hora y media a 2h aprox. El mio como tenía la calefacción encendida al cabo de hora y cuarto estuvo a punto de desbordarse ;)
Transcurrido ese tiempo, encendemos el horno a 180º. Cuando esté caliente pincelamos por encima con la leche y el huevo batido. Lo introducimos dentro del horno, durante unos 30-35min aprox.
Cuando hayan transcurrido unos 20min y presente un ligero color dorado lo cubrimos con papel de aluminio para que no se tueste demasiado.Retiramos del horno y dejamos que se enfríe unos 10min y lo desmoldamos.
Y ya tenemos listo un maravilloso pan para el desayuno o la merienda con un tentador color dorado ;).